Cisnes negros y política
26/10/22
Por
Dr. Nelson Acosta
¿La insurrección militar protagonizada por Hugo Chávez no constituyó una suerte de Cisne Negro?

Existen distintas maneras de concebir explicaciones que pretenden dar cuenta de episodios de nuestro pasado reciente. En este orden de ideas lo usual es otorgar un peso específico a las variables de naturaleza socio-económica. Se supone que estas por si mismas son portadoras de los factores que darían repuesta a la dinámica que prevalece en nuestro acontecer histórico. Y, en este sentido, son predecibles, cuantificables y susceptibles de ser conceptualizadas en formato de leyes.
Este determinismo ha sido cuestionado por diversos estudiosos desde distintas perspectivas. Entre ellos se destaca un escritor de origen libanés residenciado en los Estados Unidos de nombre Nassin Taleb.
Con esta finalidad este escritor-investigador utiliza el curioso término Cisne Negro. Con el cual procede a llamar la atención sobre sucesos impredecibles que tienen graves consecuencias y que se intenta explicar cuando ya han sucedido. ¿Cuál es el origen de esta denominación? Según explica el autor a finales del siglo XVII, barcos europeos se lanzaron a la aventura de explorar Australia. En este proceso observaron por primera vez cisnes negros. Circunstancia sorpresiva e inesperada. Se pensaba que todos los cisnes eran de plumaje blanco. De ahí que se intente asimilar a este término los sucesos inadvertidos y aleatorios.
En forma rápida podemos mencionar algunos eventos que caen dentro de esta categoría. A saber: inicio de la Primera Guerra Mundial; la gripe española de 1918; hundimiento del Titanic; o lo sucedido el 11 de septiembre de 2001 entre otros acontecimientos de naturaleza imprevisibles en su momento. Nuestro pasado reciente presenta sucesos que encajan en esta denominación y que ayudan a comprender la magnitud de la crisis en la cual se encuentra sumido el país.
Por ejemplo, la enfermedad mental de Diógenes Escalante (designado para ocupar la Presidencia con la finalidad de cambiar la historia de intolerancia y militarismo que históricamente había prevalecido en el país) frustró la renovación política, pacífica e institucional que se esperaría impulsara bajo su presidencia. Esta circunstancia azarosa abrió las compuertas para el Golpe de Estado de 1945 y, en consecuencia, alentó los cambios que llevarían a Pérez Jiménez al poder.
Con esta afirmación, desde luego, no se está descartando el peso de otras variables cuantificables. Se recalca si, cómo un hecho impredecible (enfermedad mental de Diógenes Escalante), generó una cadena de acontecimientos que aun hoy día hacen sentir su presencia.
Voy a formular una pregunta un tanto aventurada. ¿La insurrección militar protagonizada por los golpistas comandados por Hugo Chávez no constituyó una suerte de Cisne Negro? Este evento, aparentemente impredecible, ¿no desencadenó una serie de complicidades y traiciones al espíritu y práctica democrática que ha colocado a la república en un estado de franca debilidad? ¿Las insospechadas alianzas entre supuestos demócratas y los golpistas no pudieran catalogarse como un cisne negro?
A propósito de los próximos eventos electorales la mitología griega ofrece una rica alegoría: el Lecho de Procusto. Me voy a permitir citarlo en extenso: “Procusto era el propietario de una posada. Después de una sabrosa cena, invitaba a sus huéspedes a dormir en una cama un tanto peculiar. La cama tenia medidas predeterminadas y era el invitado el que debía “encajar” en ellas. Que el individuo era mas grande que la cama, Procusto le cortaba las piernas y la cabeza. Que el invitado era mas pequeño que la cama, el posadero le estiraba sus extremidades hasta conseguir las medidas”.
No olvidemos que el mapa no es el territorio donde se ha de actuar. La unidad no debe encajar en un modelo preconcebido. Asumo las palabras del difunto Rector José Virtuoso: “es la hora de pensar en grande más allá de mezquindades, triquiñuelas y del reencuentro de la lucha compartida”.
Dr. Nelson Acosta Espino
@acostanel
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