Justificación Vomitiva
16/9/24
Por
Asdrúbal A Romero M
La de Patxi López, vocero del PSOE en el Congreso de los Diputados, justificando postura sobre Venezuela
En el año 2000 visité Cuba y tuve la oportunidad de llegarme hasta Varadero. No alcanzaba a salir de mi asombro, observando la larga hilera de lujosos hoteles de cadenas turísticas extranjeras que custodiaban la playa del destino cubano más promovido en el ámbito internacional. La organización Meliá destacaba entre ellas por su dominante presencia. Resultó ser la primerísima vez en la que podía apreciar el drástico contraste entre dos realidades sociales cohabitando dentro de un mismo país ‒la más reciente experiencia, en este sentido, se concretó apenas hace unas semanas en mi visita a Venezuela para acudir a votar‒.
Después de la severa crisis socio económica acontecida en el “Período Especial”, a raíz de la finalización de la ayuda soviética a Cuba en tiempos de la caída del Muro de Berlín (1989), toda aquella cuantiosa inversión proveniente de países como España, Méjico, Canadá, etc. concurrió de manera muy oportuna a fines de oxigenar la permanencia del régimen castrista y, por supuesto, hacer negocios. Ya en esa época, valoré como inaceptable, desde la perspectiva moral, el celestinaje económico que se le continuaba brindando a un régimen que ya llevaba cuarenta y un años en el poder y contundentes evidencias en su contra como consuetudinario violador de derechos humanos. ¿Cómo se podría calificar ahora?
Lucen muy razonables, entonces, todas las críticas que, a lo largo de estos últimos veinticuatro años, se han venido desplegando por distintos medios sobre la política española hacia Cuba. Principalmente, por su ambigüedad, la priorización de intereses económicos y su falta de firmeza en la defensa de los derechos humanos. España es uno de los principales inversores extranjeros en Cuba y su participación no es sólo en el turismo ‒Meliá, Iberostar Hotels &Resorts, NH Hotel Group, Barcelo Hotels & Resorts, etc.‒ sino también en el sector bancario, en telecomunicaciones y energía ‒en este sector podemos destacar a REPSOL la cual ha, de manera continua, ejecutado en Cuba la misma labor de celestinaje que hoy día hace en Venezuela, a pesar de un pretendido perfil bajo que la exuberante nueva Ministro de Petróleo, Delcy Rodríguez, no se los ha permitido mantener‒.
¿Han existido fluctuaciones o vaivenes en el comportamiento político descrito según el perfil ideológico de los gobiernos de turno? Sí, algo, pero en términos concretos la observable tensión entre la presión por una postura más crítica hacia los regímenes dictatoriales sanguinarios, estilo Cuba y Venezuela, y el pragmatismo económico, siempre se ha decantado a favor de este último. ¡A la luz está lo inocultable!
Lo más triste y decepcionante es que tampoco se pretende ocultar. El Partido Socialista Obrero Español, mejor conocido como PSOE, en su afán de justificar su actual posición política frente a la tragedia democrática que acontece en nuestra querida Venezuela, manifiesta por viva voz de Patxi López, actual vocero del grupo socialista en el Congreso de los Diputados, lo siguiente: «actuar de manera ligera puede poner en riesgo no sólo las relaciones políticas, entre países, sino las relaciones comerciales, las relaciones empresariales…si se sigue en esta escalada, Maduro puede hacer cualquier cosa, incluso expulsar a empresas». Ya he visto a otras figuras del partido, y del Gobierno, replicar el mismo discursito en diversas entrevistas difundidas a través de los medios de comunicación social.
Sinceramente, resulta preferible ver a un Iñigo Errejón, portavoz del partido SUMAR en el mismo congreso ‒antes, fundador de PODEMOS con Pablo Iglesias y el inefable Monedero‒, tartamudear artilugios de política interna para evitar defender de frente la dictadura carnicera del Chavo- Madurismo. El relativismo moral de esa izquierda, ubicada más a la izquierda del PSOE, es apestoso.
Pero, lo de Patxi, para un venezolano como yo, que se lanzó hasta allá para votar; que sabe perfectamente lo que aconteció el 28J; que a raíz del robo descarado de las urnas, porque fue esto lo que en síntesis sucedió, pudo constatar como toda la dirigencia política regional carabobeña con la que trabajó siendo coordinador del Frente Amplio (2018) estaba escondida o había tenido que escaparse a través de las trochas; que vio como, en exhibición de grosera impunidad, encarcelaron al Dr. Perkins Rocha, mismísimo representante del principal partido de la oposición ante el CNE, un jurista muy serio y responsable tal como me consta personalmente, y que pudiera continuar ad infinitum citando todos los otros abusos y crasas violaciones a los más elementales derechos humanos que ya pululan las noticias, en fin, para mí, lo del Señor Patxi me resulta, francamente: ¡vomitivo! ‒‒apegándome a la acepción del término vomitivo: como todo aquello que se utiliza o aplica para provocar vómito‒.
No los puedo querer, ni a los “como Patxi”, ni a Rodriguez Zapatero, al cual una tertuliana pro sanchista en un programa de opinión de RTVE, de esos absolutamente sesgados hacia el gobierno, se atrevió a presentarle como el “exquisito mediador” (¿¿??). Se han ganado el repudio de cientos de miles de venezolanos residentes que ya somos también ciudadanos españoles, o que en el corto o mediano plazo lo van a ser. Siempre nos tendrán de frente, electoralmente.
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